martes, 6 de agosto de 2013

Ganas de nada

Hoy amanecí preguntándome porque debería levantarme a las 6 de la mañana a hacer ejercicios si primero, tengo rinofaringitis diagnosticado ayer, y no tenia ganas ni de ir al colegio. Puse el despertador del celular que siguió sonando cada 5 minutos porque aun por mi flojera, me creía capaz de cumplir con lo que me había propuesto. Pero como me lo suponía, solo pude despertar en casi justa hora para ir al colegio gracias a mi madre. Ojalá me hubiera quedado en cama pues el frío y el aire helado sumado el pensar que tenía que reforzar mis procesos mentales estudiando, me sentía cada vez peor, sin tener ganas de nada. No llegaba la hora de salir de clases, acostarme con un té con limón y un guatero calentito. Añoraba salir del colegio como los de 4ºmedio, en eso pensaba con mis compañeras... salir luego de de ese martirio de cada día (bueno igual se ve lo positivo, que aprendemos algo bueno cada día y bla bla bla), para mas remate teníamos clases hasta las 6:05 pm. por lo tanto teníamos que hacernos ánimos, como estos, para aguantar la jornada. No todas mis compañeras son así de desanimadas como yo, otras están al tanto de todo en clases y de mis compañeros y siempre tienen una hiper-energía que no sé de donde la sacan, donde en ocasiones llega a ser molesto. Debe ser porque sus mejores amigos están cerca de ellos, pues yo me siento así cuando estoy con ellos o con amigos que me han visto en momentos de hiperactividad y tontedad, siempre en confianza, y eso no lo demuestro para nada en el colegio. Creo que no es algo necesario demostrar a todo el que se me cruce, sino que, mi tranquilidad, timidez y serenidad a todo, me identifica entre la gente común. Debe influir mucho lo que te rodea en ese aspecto. Pues el ir al colegio me baja el ánimo. Solo le veo el sentido que debo cumplir, y nada mas que eso, cumplir hasta 4ºmedio, aunque mi madre siempre me haya animado a estudios posteriores... esas no son mis prioridades, y siempre lo he tenido bien claro. Se que debo aprender algún oficio, pero no por mucho tiempo, porque primero, no soy buena para estudiar, segundo, no soy buena para levantarme todos los días temprano y cumplir horario en algo que no me agrada (sí, tengo morbo a estudiar algo que no me llena) y tercero, la gente que va allí no me agrada del todo (salvo algunos que tienen mis mismos intereses y prioridades, y no soy prejuiciosa, eso es distinto). Prefiero algo corto como una escuela de masajes, que me ayude a cumplir otras metas, tener mi propio horario, ser mi propia jefa en ese sentido... y pues nada, ser feliz como una lombriz. 

viernes, 2 de agosto de 2013

El pedir disculpas

Soy una persona muy muy orgullosa, y egoísta, no valgo la pena, la verdad me siento muy mal por no cumplir con las expectativas que se me requieren, estoy llorando de lo tan frustrada que tengo mi humildad en estos momentos, es difícil expresar con claridad cuando estoy molesta por algo y a la vez molesta conmigo misma, la verdad siempre cuando descubro eso y lo doy a conocer a otra persona, me siento débil en vez de poderosa. No me gusta que la gente me vea así desalmada, pero ahora cedí con mi abuela, le dije lo que sucedió, lo que sentía al respecto, la verdad me reconfortó el que ella me escuchara, se pusiera en mi lugar y me diera consejo. Le dije que ya tenia mi cabeza un poco mal o enojada por así decirlo, entonces tuve una discusión mas o menos fuerte con nuestra ama de llaves, le hable golpeado y egoístamente, pero reaccione a mi mal proceder cuando ella me dijo que lo que estaba haciendo no era digno de mi ni de mis creencias. Le pedí disculpas muchas veces y le dije que tenia razón y que gracias por recordarme ese gran punto, ademas le encendí la estufa para que no pasara tanto frío... cuando volví al dormitorio rompí en llanto, por lo egoísta que actué y también por lo difícil para mí expresar humildad en mi diario vivir. Ésta no ha sido la primera vez, sino que muchas veces me pasa esto en este último tiempo porque quiero ser "tardo para la cólera" como dice proverbios 14:29,  y cuando logro cumplirlo, me siento fatal en orgullo pero llena en todo sentido después de que mis ojos se deshinchan y mis lagrimas se secan, siento una gran satisfacción. Poco a poco voy reaccionando bien a lo que he respondido bien. Yo valoro a las personas que se disculpan, no tardíamente, sino al tiempo justo de haber cometido algo malo hacia otras personas o herirlas, (pero sinceramente) porque hace falta mucho valor para hacerlo, y la humildad es una cualidad hermosa que todos deberían experimentar siempre. Tendré que seguir trabajando en ello hasta que me acostumbre a no sentirme mal, o demasiado culpable. "a contar hasta 10". (ahora me siento mejor)